segunda-feira, 10 de setembro de 2012

Reflexiones Acerca de la Publicación de las Comunicaciones Mediúmnicas


Por Anderson Santiago

Kardec relata en  Obras Póstumas  que uno de los primeros resultados de sus observaciones  fue percibir que los Espíritus  no poseían  ni soberana sabiduría,  ni soberana ciencia, como   rezaba en la cultura popular.  Ellos  no eran nada  más que las almas  de los hombres  que vivieron aquí.  Es por esto  que afirma que “esta verdad,  reconocida desde el principio,  le preservo del peligro de creer en la infalibilidad de ellos y lo libro de formular  teorías prematuras sobre los dictados  de  uno o de algunos. “ [1]

Fue esta la postura adoptada por el codificador  durante  los quince años en que estuvo envuelto  con los asuntos espiritas. Una postura sensata, madura y que merece ser copiada en los días de hoy. ¿Y en cuantos centros espiritas podemos observar tal postura en los días actuales? ¡Muy pocos! ¿En tiempo de las vacas gordas, como las actuales, donde las obras espiritas (y hasta las que se hacen pasar  por espiritas…)  ganan espacio   en la prensa  y en el mercado de la editorial, cuantos editores van a perder el tiempo en analizar criteriosamente una obra, sea un romance, sea  una obra de contenido doctrinario de  forma tan minuciosa que pueda descubrir   si el punto no está  correcto?   Una vez más,  pocos muy pocos. La mayoría no se preocupan por estos criterios, ya que el tipo de papel utilizado en la impresión de la obra de arte que se imprimirá en la portada, el autor de "prestigio" para firmar el prefacio [normalmente un médium,  ya que un mero  encarnado que se disponga a estudiar y comentar el Espiritismo normalmente  no es tan respetado como el “mensajero de los espíritus”] y la posibilidad  del libro alcanzar muchas ediciones es lo más importante. No importa si el contenido del libro sea absurdo dudoso, la polémica también trae lucros, piensan ellos. Y en esto,  la calidad también se ve.

Con todo, cuando existe un trabajo criteriosa, muchos equívocos pueden ser evitados  y muchas informaciones errada dejan de ser publicadas.   Y mire que no son pocas las obras que podrían ser atribuida a Espíritus seudosabios. Y esto es hasta interesante de ver. Existen obras que todo el mundo sabe que discordan  con los principios más básicos del Espiritismo, entre tanto,  ellas son publicadas sin una referencia siquiera,  ni una nota corrigiendo tal o cual opinión.  Y es justamente esto lo que Kardec comenta cuando afirma que
[…]  No habrá ningún inconveniente  esas especies de comunicaciones, si las hacen acompañar de comentarios, sea para refutar errores, sea para recordar  que son la expresión de una opinión individual, de la cual no se asume responsabilidad; podrían  incluso tener  un lado  instructivo, mostrando las aberraciones de ideas  a las que pueden entregarse algunos espíritus. Más,  publicarlas  pura y simplemente es presentarlas como   expresión de verdad y garantizar la autenticidad de las asignaturas que el buen sentido no puede admitir; es  el inconveniente” [2]
¿Más, quien osa hoy corregir los luminares que psicografia teorías mucho más allá de nuestra comprensión? ¿Quién osa criticar (en el verdadero sentido etimológico de la palabra que es  “evaluar cualitativamente algo o a alguien?)  Estas obras corren el riesgo de morir  en el ostracismo en la ignorancia, en el  olvido.  Felizmente aun existen aquellos que no desean apenas divulgar el Espiritismo y vivirlo en su aspecto moral (a un mismo superficialmente), más, por encima de todo, existen  aquellos que desean pensarlo. Que desean continuar razonado. Es a estos que debemos  obras como Piedra y la   cizaña,  Investigación sobre  la Mediúmnidad y Diversidad de los Carismas.

Hasta porque, es el propio Codificador el que nos incita a denunciar sin duda  las  obras sospechosas, por el bien de la doctrina.  Y esto por el simple hecho  de que si los espíritus poseen,  más allá de él libre albedrio,  las opiniones   sobre los hombres y las cosas  de  este  y del otro mundo,   se comprende que existan textos  que deben ser evitados no solo por conveniencia, más  por prudencia pura y simple. Esta  cuestión  lleva a Kardec a afirmar que en el interés de la Doctrina conviene hacer una selección muy severa, eliminando todo cuanto pueda producir una mala impresión.

Por otro lado, existen alguna obras que aun mismo siendo instructivas,  relatan situaciones y ambientes del  mundo espiritual de forma analógica, comparativa y que si  no fueran debidamente analizadas  y comentadas  pueden ser tomadas como realidad. Es esto  lo que lleva a  José Herculano  Pires a afirmar  que las “obras mediúmnicas psicografiados,  que describen  con exceso minucias de la vida  en el plano espiritual deben ser encaradas con reserva por los espiritas estudiosos” [3] entretanto,  más allá   de estas precauciones, otras deben ser observadas,  principalmente aquella que dice respecto a la participación de los médiums en la elección de  las comunicaciones  o mismo en la publicación de las mismas.
“Mientras el médium imperfecto se enorgullece  por los nombres ilustres,  frecuentemente las más de las veces apócrifos,  que llevan las comunicaciones   que el recibe,  y se considera  interprete privilegiado de las fuerzas  celestes,  el buen médium no se cree jamás  bastante digno de tal valor, teniendo siempre una sana desconfianza de la calidad de aquello que recibe  no  confiando en su propio juicio;  no siendo sino un instrumento pasivo, el comprende que, si lo que recibe es bueno,  no puede hacer de eso un merito personal, ni tampoco puede ser responsable si es malo,  y que sería ridículo creer en la identidad absoluta de los Espíritus que se manifiestan por el; deja la cuestión para ser juzgada por terceros desinteresados, sin que su amor propio  sufra con el juzgamiento desfavorable como la del actor que no es capaz de resistir la censura  infligida de la cual es el interprete.  Su carácter distintivo  es la simplicidad  y la modestia; es feliz con la facultad que posee, pero no para envanecerse de ella, más si  porque le ofrece  un medio de ser útil, lo que hace voluntariamente cuando le surge ocasión, sin jamás   entristecerse si no es colocado en primer plano”. [4]
Estas reflexiones me remiten, inevitablemente, a la asustadora cantidad de médiums dueños de editoras, que fundan centros y graficas para publicar sus libros cuando ellos no son aceptados  con buenos ojos por sus compañeros de  ideal.  Más  no son solos ellos, ¿Cuántos aquí guardarían por más de veinte años una psicografia, y los insistentes convites de los Espíritu autores (del tamaño de un libro)  por no hallar  que ella debería ser publicada en aquel momento? Muchos médiums  mal terminan  de psicografiar  y ya procuran a alguien de nombre para prefacio  de la obra que ni finalizada está, como comento cierta vez  el médium Divaldo Franco. Infelizmente son pocos los que asumen  una postura idéntica   a la Yvonne Pereira  en el famoso caso del Espíritu Beletrista (Ver la obra Desvasando lo Invisible  para mayor información)

Y es por esto que hoy vemos a tanta gente que apenas admira el Espiritismo, tantas cabezas “pensantes”  que se acostumbran a vivir apenas  como las lagartijas, moviendo la cabeza para todo lo que los Espíritus dicen atestando su ignorancia  en todo lo que dice al respecto  el Espiritismo.  ¡Es  ahí donde se dice  que el está fascinado!  Conozco el caso de una señora que jura ser la encarnación  de varios espíritus famosos por ella psicografia  un médium famoso,  ya desencarnado, más que demuestra calaras señales de una asustadora fascinación. ¿Imaginad si ella spicografiara libros? No es de extrañar  que Kardec se  preocupaba con relación a la publicación de  comunicaciones espiritas, de una forma general.  No por acaso, también insistimos en revisar las advertencias  hechas por Herculano Pires sobre la importancia de una seria y solida formación doctrinaria para las futuras generaciones espiritas. Y para finalizar estas reflexiones, como dijo cierta vez el Codificador:
“En materia de publicidad, por tanto, toda circunspección es poca  y no se calcularía con bastante cuidado el efecto que tal vez produjese  sobre el lector. En resumen, es un grave error creerse  obligado a publicar todo cuanto dictan los Espíritus,  porque,  si los hay buenos y esclarecidos, también los hay malos e ignorantes. Importa si hacer una selección muy rigurosa  de sus comunicaciones y suprimir  todo cuanto sea, inútil, insignificante, falso o susceptible de producir mala impresión. Es preciso sembrar, sin duda, más sembrar  la buena simiente en el tiempo oportuno”. [5]
Traducido al español por: M. C. R .

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Referencias:

[1] KARDEC, Allan. Obras Póstumas. 14ª Ed. SP, LAKE, 2007, p. 217.
[2] _______. Viagem Espírita em 1862. 1ª Ed. RJ, FEB, 2005, p. 123.
[3] PIRES, J. Herculano. Mediunidade.
[4] _______. O que é o Espiritismo. IDE, item 87, pag. 114
[5] KARDEC, Allan. Viagem Espírita em 1862. 1ª Ed. RJ, FEB, 2005, p.

Fonte: Blog Análises Espíritas - http://analisesespiritas.blogspot.com.br/2012/07/reflexoes-acerca-da-publicacao-de.html

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