segunda-feira, 5 de setembro de 2011

El Cuerpo Fluídico de Jesús

Por José Herculano Pires

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La teoría de Roustainguismo es la del cuerpo fluídico de Jesús, que no  poseyó cuerpo carnal como nosotros. Veamos cómo se explica en los textos [de Los Cuatro Evangelios] la formación de ese cuerpo:

“Jesús habría podido, únicamente  el acto exclusivo de su voluntad,  atrayendo  hacia si los fluidos ambientes necesarios, constituir el periespiritu o cuerpo fluídico tangible que  vistió para surgir en vuestro mundo  bajo aspecto de un niño. María, sin embargo, antes de su encarnación, pidió, por devoción y por amor, la gracia  de participar en la obra de Jesús, atrayendo, por la emanación de sus fluidos periespiritico, los fluidos ambientes necesarios  para la constitución de aquel periespiritu”.

“De esa manera se tenía que verificar su cooperación,  más de forma para ella inconsciente,  por cuanto el estado de encarnación humana  no le permitía acordarse. Así, al aproximarse el momento final de su gravidez a los ojos de los hombres, ella, inconscientemente, más ardiendo en el deseo de cumplir la misión que el Señor  le revelara por intermedio del ángel o espíritu superior que le fue enviado, estableció, por la emanación de los fluidos de su periespiritu, una irradiación  simpática que atrajo los fluidos necesarios  para la formación del cuerpo fluídico de Jesús”.

Ningún efecto, entretanto, habría producido la acción inconsciente de María, sin la intervención de la voluntad de aquel que iba a descender a vuestro mundo. Jesús, pues , constituyo, el mismo, por la acción de su propia voluntad, el periespiritu tangible  y casi material en que se torno, teniéndose en vista el planeta que habitáis, un cuerpo relativamente semejante al vuestro”.

 (Tomo I – cap. I – Anunciación)


Este pequeño trecho revela  una ingenuidad asustadora. ¿Qué hizo Maria en ese episodio? Se encarnó en la Tierra para fingir de madre,  se olvidó del papel que iba a desempeñar – pues era médium  inconsciente … - más actuó inconscientemente atrayendo los fluidos  en la esperanza de representarlo. Entretanto, en el momento decisivo, Jesús tuvo que intervenir y constituir el mismo su cuerpo fluídico, pues solo el podía hacer tal cosa. Solo restó a Maria, en todo el drama, un “consejo”  a Hollywood para la entrada en escena de la falsa gravidez.

En el punto culminante de la revelación, lo que nos es revelado es el papel de tonta desempeñado por la falsa  madre del Mesías.  Se tiene la impresión de un artista piadoso admitiendo una joven inexperta a su lado  parta no disgustarla. El artista no precisaba de la joven, más acepto su pretendido concurso y acabo haciendo todo por si mismo. El público no percibió nada.  Y la joven mucho menos. Más adelante  la veremos siendo lograda  por el niño experto que succiona  la leche de su pecho sin ensuciarla.

Podríamos cerrar aquí nuestro análisis. No hay nada más que analizar.  La revelación de la revelación abortó en ese episodio lirico –burlesco, aun en las primeras páginas del primer tomo de la obra roustainguistas  de dos mil páginas. Más acontece que Roustainguismo es una creencia  y sus adeptos no aceptaran nuestra conclusión. Precisamos de paciencia y coraje. Iremos más allá…

Por cierto, que además de ese acto lirico solo nos resta, en el trecho de arriba, constatar el rastreo de la teoría del periespiritu  que Roustaing observo en la lectura de El Libro de los Espíritu de Kardec. Leemos arriba que el periespiritu es un cuerpo fluídico tangible. La expresión cuerpo fluídico es de Kardec. Más Kardec muestra  que ese cuerpo fluídico puede tornarse tangible  en el fenómeno de las apariciones tangibles. Roustaing mezclo las cosas y formó “aparentemente” esa nueva expresión.

Otro aspecto curioso de utilización de las teorías kardecianas es el  del trecho medio de la transcripción anterior, cuando Roustaing (O sea, los espíritus que dictaron la obra dicen que María produjo una irradiación simpática de su periespiritu para atraer los fluidos necesarios. Es esa la teoría explicativa  de las manifestaciones mediúmnicas. El espíritu comunicante produce irradiaciones de su periespiritu que afectan al periespiritu del médium, provocando el fenómeno semejante  en forma de reacción. La mezcla de los fluidos espirituales del espíritu con los fluidos materializados del médium produce  el elemento necesario, semi material, que permite la acción del espíritu en el plano material.

Estamos prácticamente ante un acto de apropiación indebida. No hay nada de nuevo en todo eso,  a no ser falso el empleo de la teoría.

Más vamos a otro trecho básico, relativo a la gravidez de Maria. Y añadamos a ´el el trecho referente al parto. Veámoslo:

“La gravidez de María fue obra del espíritu santo, porque fue obra de los Espíritus del Señor, y. como tal, aparente y fluídica, de manera  a producir la ilusión, para hacer creer  en una gravidez real”.

“Los espíritus propuestos  para la preparación del aparecimiento del Mesías en la Tierra  reunieron alrededor de Maria fluidos apropiados  que le operaron la distensión del abdomen  y lo hincharon. Aun por la acción de los fluidos empleados la menstruación paro durante el tiempo preciso de una gestación, contribuyendo ese hecho para la apariencia de una gravidez,  por la hinchazón   y por las incomodidades causadas. Maria, bajo la inspiración de su guía  y ante esos resultados, que para ella eran el cumplimiento de la anunciación que le hiciera   el ángel o espíritu enviado, creyó en la realidad de su estado”.

“Su parto fue igualmente obra del espíritu Santo, porque también fue obra de los Espíritus del Señor, y solo se dio en apariencia, tal como la gravidez, por eso mismo  que resultaba de esta, que fuera simplemente aparente.  Tanto como la gravidez, Maria tuvo la ilusión del parto, en la medida que era necesario, a fin de que acreditase, como debía acontecer, en un nacimiento real”.


Aquí la intención del ridículo se torna clara. El episodio lirico-burlesco pierde todo el lirismo. El análisis paraliza ante lo absurdo, pues el absurdo no puede ser analizado. Tenemos que saltar por encima del abismo y encarar el texto por otro ángulo. Los espíritus reveladores emplean en este momento los ingredientes de la magia para fascinar al lector. Estamos en el plano de lo irracional. Más no nos engañemos. Tras de las escenas  están  estirados y activos los cordeles de la mágica  teatral. El embuste es evidente. No se trata de magia natural, más si artificial. En una palabra: del ilusionismo mal intencionado. No es para nada que el texto incluye la expresión: “de manera  a producir ilusión”. ". Los ilusionistas, los seguros de los efectos de su truco, no duden en utilizar las palabras adecuadas.

Todos cargamos con nosotros los residuos del animismo tribal, de la magia primitiva que antecedió a la religión. La magia  del teatro excita en nosotros esos residuos que suben del inconsciente al consciente y determinan la regresión psicológica. Regresamos a la tribu, al tabú, al totemismo, al animismo de los principios. Eso puede acontecer con el hombre rudo y simple  o con el hombre ilustrado e ingenuo. Y solo esa regresión puede explicar la aceptación de las teorías roustainguistas   por las criaturas que llevan el barniz de la civilización. Es el mismo caso de los residuos mágicos de nuestras religiones llamadas positivas. La fe ingenua de la selva despierta en el corazón del hombre actual  y lo lleva a aceptar, emocionado, los dogmas de lo absurdo.

A pesar de esa explicación, podemos preguntar como admitirse la utilización de esos truques o pases de magia por los Espíritus Superiores. Como aceptar  el papel de Jesús, bajo la permisión, por lo menos, de Dios, en ese proceso de engaño espiritual en nombre de la verdad? Si Descartes ya no hubiese aniquilado el Genio Maligno en sus reflexiones del Discurso  del Método, aun podríamos recurrir a el. Más en esta altura de los tiempos ya no nos sobra más esa posibilidad.

Fuente:  El Verbo y la Carne

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